Se trata de Armando Loson, que había denunciado “adulteraciones y tachaduras de nombres, lugares, direcciones y fechas” en los textos. Luego de un peritaje reclamó que se anule la acusación, pero el juez dijo que esa no era la única prueba
El juez federal Julián Ercolini rechazó in limine el pedido que formuló Armando Loson, el empresario que fue arrepentido en la causa “Cuadernos” y que denunció irregularidades en las anotaciones que lo mencionaban, para que se anulara la prueba en su contra, revelaron a Infobae fuentes judiciales. La defensa había planteado que una pericia caligráfica ordenada en otra causa, a cargo de Marcelo Martínez de Giorgi, había corroborado adulteraciones en las anotaciones de Oscar Centeno y por eso debía caer la acusación en su contra. Pero el juez le dijo al ex representante del grupo Albanesi que no porque las anotaciones adulteradas no eran las únicas en las que aparecía mencionado, y que, además, el propio empresario reconoció pagos en su acuerdo como imputado-colaborador.
Según el fallo al que accedió Infobae, Ercolini señaló: “Al prestar declaración en los términos de la Ley 27.304, el imputado reconoce ciertas circunstancias de la anotación de fecha 29 de agosto de 2013. En dicha oportunidad manifestó: “…Con respecto a la cita de fecha 29/8/13, no conozco a ningún Marcelo, pero es cierto que le mandé a decir a Baratta que arrancaba la otra máquina, y con ello me refería a la Central de Río Cuarto, porque estaba atrasada por demora en los pagos’ “. Y añadió: “A su vez, también cuestiona la anotación donde surge el pago efectuado el día 10 de septiembre de 2013, mientras que en el marco del acuerdo realizado con la fiscalía aportó un comprobante de extracción de dinero de dicha fecha que se encontraría vinculado con el pago, como así también acompañó los tickets de otras extracciones realizadas los días 4 y 6 de septiembre de 2013″.
El fallo señaló: “Por lo demás, habrá de recordarse el estado en el que se encuentra el presente sumario respecto de Loson; es decir, próximo a elevarse a juicio, por lo cual todo lo aquí expuesto, podrá eventualmente plantearse ante el tribunal oral donde se producirá el debate”.
Ercolini sostuvo que de ninguna manera puede disponerse la nulidad de ”una sanción de la importancia y magnitud que peticiona” como es la nulidad. Porque además, de aceptarse, esa medida “podrían tener incidencia en las situaciones que ya se encuentran en trámite ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal n° 7″. Y agregó: “Más aún teniendo en cuenta que la defensa intenta con su presentación nulificar ciertos actos del presente proceso y todo lo actuado en consecuencia, con prueba obtenida en otro expediente que se encuentra en sus albores, sin ni siquiera aportar una copia del estudio pericial del cual intenta valerse”. El planteo quedó rechazado en esta instancia.
La decisión de Ercolini choca de lleno contra el avance de la causa que instruye Martínez De Giorgi, quien recibió la denuncia de Loson como víctima de las irregularidades en las anotaciones de Centeno, el chofer de Roberto Baratta cuyos cuadernos desataron la causa en la que terminaron involucrados desde la vicepresidenta Cristina Kirchner hasta los principales empresarios del país.
Justamente, la semana pasada, el jefe de la División Scopometría de la Policía Federal Argentina, comisario Alejandro Centofanti, prestó declaración sobre el peritaje encomendado. “.En cuanto a la conformación del texto del cuaderno 7, se evidencia en el trazado y correlato de la escritura que la misma se mantiene estable con las alternancias naturales en cuanto a desarrollo tal como se expresara en relación al aumento de velocidad hacia las constancias finales. Que esta determinación permite inferir una secuencia continua de escritura sin alternancia temporales, discrepante de la modalidad de registro que usualmente se llevan para un llenado de constancias diarias”, dijo el experto.
“Cuando uno escribe día a día la escritura sufre ciertas modificaciones inherentes a distintas causales” pero “el cuaderno 7, en su análisis, no revela estos cambios o variables mencionadas precedentemente, sino que, surgen como un relato estable y continuo, no como un registro de constancias diarias”, añadió.
No obstante, el jefe policial señaló que “para tener precisión de la temporalidad, resulta indispensable el estudio sobre el original”.
Un detalle no menor: los cuadernos están en poder del Tribunal Oral Federal 7, que tiene en sus manos el trámite para llevar la causa a juicio oral. El estudio lo hizo sobre copias de los cuadernos recuperados, en formato PDF. Por eso tampoco es posible contestar a la pregunta del juzgado sobre cuándo se escribieron, porque es necesario ver los originales.
El resultado de esta denuncia de Loson está siendo observada, desde afuera, por todos los protagonistas de la causa. Es que son muchos los empresarios que siguen con interés la jugada para establecer si el empresario logra “voltear” su imputación en este expediente. Su caso no había sido elevado a juicio oral. Y hasta ahora había fracasado su intención para que sus imputaciones fueran evaluadas por la justicia electoral, ya que él aseguró que el dinero entregado había sido un aporte de campaña, algo que sí consiguieron unos pocos hombres de negocios involucrados en los cuadernos.
Pero el fiscal Carlos Stornelli, impulsor de la causa de los cuadernos y ante quien desfilaron los empresarios y exfuncionarios que pidieron arrepentirse cuando temían ir presos, reclamó la inhibitoria de Martínez De Giorgi para actuar en la denuncia que motorizó Loson y en la que se ordenó el peritaje. Ercolini rechazó el pedido de Stornelli. Pero tal como detalló Infobae, el fiscal apeló esa decisión ante la Cámara Federal porteña que ahora debe definir esa cuestión.
Mientras esto se evalúa, la semana pasada Loson reclamó la nulidad de la acusación en su contra tomando como base el peritaje oficial que llegó al juzgado vecino. La defensa plantea que no hay otra salida que anular toda la acusación contra su cliente citando la doctrina del “fruto del árbol envenenado”, a raíz de las 1600 irregularidades detectadas en tres de los ocho cuadernos en donde se nombraba a su cliente. De acuerdo a ese peritaje oficial, hubo otras manos, distintas a la de Centeno, que hicieron correcciones, sobreimpresiones, testeados y tachaduras. Y Loson planteó que se buscó involucrarlo para desapoderarlo de su firma.
“Únicamente a consecuencia de la obtención y conocimiento de la prueba ilícita cuestionada fue que Armando Roberto Loson resultó detenido e interrogado. En efecto y como se dijo, otorgar validez al resultado de un delito y apoyar sobre él una sentencia judicial, no sólo es contradictorio con el reproche formulado, sino que compromete la buena administración de justicia al pretender constituirla en beneficiaria del hecho ilícito, en este caso, la falsedad de la prueba que sirvió como base de imputación en perjuicio de Loson”, sostuvo el escrito de la defensa.
Sin embargo, el juez Ercolini rechazó in limite el planteo de nulidad. En un fallo al que accedió Infobae, el juez sostuvo que “si bien la defensa basa su planteo en una serie de anomalías que se habrían detectado en un estudio pericial realizado sobre las anotaciones de los días 25/7/13, 29/8/13, 30/08/13 y 10/09/13 –el cual no fue acompañado a la presentación-, el nombrado o su empresa fue mencionado en otras oportunidades, como ser las realizadas los días 18/07/13, 16/09/13, 2/6/15, 29/6/15, 21/7/15 y 6/10/15″.
Puntualmente, el juez cita como ejemplo la anotación de fecha 18 de julio de 2013. Ahí el cuaderno sostiene: “…Lo llevo a Nelson Lazarte al Edificio Alem Plaza (Alem 855) donde nos espera un señor en la barrera para pasar, se sube al auto y vamos al subsuelo cochera 188 ALBANESI, y suben por el ascensor al edificio, y Nelson lo hace con el bolso vacío y vuelve con el bolso lleno de dinero y regresamos al Minplan…” (Ministerio de Planificación).
“De esta manera, se puede observar claramente que la imputación efectuada a Loson no se encuentra únicamente cimentada en anotaciones que habrían sido adulteradas (según la pericia invocada por la parte), sino que también fue mencionado en otras que formaron parte de los sucesos que le fueron atribuidos. Así, en base a la prueba acompañada originalmente comenzó una investigación respecto de la totalidad de personas, empresas y domicilios que surgían de las anotaciones”, se señaló.
El fallo repasó los términos de la imputación hecha en la indagatoria a Loson. “No puede dejar de mencionarse que Loson en oportunidad de prestar declaración en los términos de la Ley 27.304, admitió haber efectuado pagos en la cochera del edificio de la empresa”, afirmó Ercolini. “De lo expuesto puede advertirse claramente que no resulta acertado el razonamiento realizado por la defensa respecto a que las adulteraciones detectadas son ‘…la única línea de investigación…’ o ‘… la única prueba de cargo inicial…’, en tanto que se contaba con otras anotaciones que fueron referenciadas, donde se mencionaba al imputado o su empresa, respecto de las cuales no existiría ninguna enmienda y sobre las cuales la defensa no hace ninguna mención en su presentación”, se agregó.
Pero la resolución ahondó aún más: “Analizando el contenido de las anotaciones cuestionadas por la defensa, y en base a las anomalías que señala en su presentación, puede advertirse que si bien se expone que en la efectuada el día 25/07/13 se habría adulterado la palabra “Alem 855″, de su contenido surge ‘entramos al subsuelo del Edificio Plaza siempre guiado por la misma persona que nos espera en la barrera de entrada…’, debiendo aclararse que el edificio de mención se encontraría situado en esa dirección”.
Lo mismo, dijo Ercolini, sucede con la anotación realizada el 29/08/13 en tanto se habría adulterado la palabra “Armando”, pero “de su contenido surge que Centeno habría llevado a Lazarte al edificio de Alem 855″. Y “en el caso de la anotación de fecha 30/8/13, más allá de lo señalado respecto a la numeración de Avenida Alem y la letra “A”, no se habrían observado anomalías en el resto del nombre del imputado, que surge de la misma”.
El fallo sostuvo que no se observa “ningún motivo que justifique invalidar el testimonio” del periodista Diego Cabot, del diario La Nación, a cuyas manos llegaron los cuadernos escritos por Centeno, luego de que se los hubiera entregado un amigo del remisero, Oscar Bacigalupo. El juez señaló que el periodista puso en conocimiento al fiscal Stornelli de “una investigación que se encontraba realizando, aportando fotocopias de cuadernos con anotaciones y otra documentación”.
Cuando le tocó declarar a Centeno tras su detención dijo que había quemado los cuadernos. Pero más tarde los seis de los ocho cuadernos aparecieron. Según contó el propio Cabot, un desconocido lo citó en una esquina y se los entregó. Al declarar en otra causa, el año pasado y que reveló Infobae, Centeno aseguró: “Yo estaba convencido de que los había quemado, sin embargo ahora dudo porque aparecieron algunos según escuché en las noticias”
“Escribía porque era una costumbre castrense que solía tener formada de anotar todo lo que se hacía con el vehículo. El horario de salida y de entrada, y el lugar al que se iba, además de otras cosas personales”, explicó. Dijo que comenzó con las anotaciones “desde el principio”, cuando empezó a trasladar a funcionarios del Ministerio de Planificación, entre quienes mencionó a Roberto Baratta, ex subsecretario de Coordinación; al ex secretario privado de este, Nelson Lazarte; al ex director de Energías Renovables, Fabián Ezequiel García Ramón; y al ex asesor Hernán Gómez.
Y paró de escribir en noviembre de 2015, un mes antes de que se terminara el segundo mandato de Cristina Kirchner, porque -aseguró- tomó conciencia de lo arriesgada que era su conducta. ¿Por qué no hay cuadernos de 2011 y 2012? “Dejé de escribir porque había fallecido el doctor Néstor Kirchner y pensé que no se iban a hacer más estos viajes y además porque tenía un poco de temor porque yo sacaba fotos y videos”, añadió.