Entre 2004 y 2021, 12 de los 24 distritos redujeron la proporción del gasto educativo con respecto al total del presupuesto provincial. Las mayores bajas se dieron en CABA y Mendoza, que relativizaron el estudio.
Desde la década de los noventa las provincias son las encargadas de administrar las escuelas. Esto hace que tres de cada cuatro pesos que el Estado invierte en educación lo hagan los gobernadores y el jefe de gobierno de la Ciudad, quienes deben pagar los salarios, los arreglos en los colegios o los subsidios a las escuelas privadas, entre otros asuntos.
En 2006, el Congreso sancionó la ley de Financiamiento Educativo, que obligó al Estado (Nación más provincias) a invertir el 6% del PBI en educación. Desde entonces a esa meta se llegó solo en dos años (2013 y 2015).
Cuando se buscan responsables de la baja inversión educativa suele señalarse al Estado nacional que, efectivamente, tuvo un vaivén en sus presupuestos educativos. Ahora, ¿qué pasa con las provincias, el principal inversor para las escuelas?
Un trabajo del Observatorio Argentinos por la Educación puso el foco en este comportamiento y encontró que, entre 2004 y 2021 (últimos datos disponibles) la mitad de los distritos -12 de los 24- redujo lo que se conoce como “esfuerzo presupuestario” en educación. Es decir, el porcentaje que ponen para las aulas de la torta total de dinero que disponen para cada año. Uno de los indicadores a los que más se presta atención cuando se trata de financiamiento educativo.
Las mayores reducciones se dieron en CABA (-8,8 puntos porcentuales) y Mendoza (-7,3 pp), mientras que Salta (+8,1) y Neuquén (+6,6) fueron las que más lo aumentaron, muestra el informe realizado por Javier Curcio (UBA/IIEP), Martín Nistal y Víctor Volman (Observatorio de Argentinos por la Educación).
El estudio considera el total del gasto educativo en las provincias, sin importar qué ministerio lo ejecuta. De acuerdo con ese indicador, en 2021 las dos jurisdicciones que dedicaron mayor proporción de su presupuesto a la educación fueron Buenos Aires (30,8%) y Salta (28,8%). Y las que menos asignaron con respecto a su presupuesto total fueron CABA (16,7%) y Santa Cruz (17,6%). Todas las cifras del informe están calculadas a valores constantes de marzo de 2023. Es decir, sin el efecto distorsivo de la inflación.
Las respuestas de CABA y Mendoza
Desde la Ciudad de Buenos Aires relativizaron las cifras del informe y afirmaron que, haciendo bien las cuentas, “en términos reales el presupuesto de Educación entre el 2007 y el 2021 aumentó en un 12%”.
Para argumentarlo, dijeron que en el informe del Observatorio se cuentan los fondos coparticipables como parte del “esfuerzo supuestamente ‘jurisdiccional’¨ cuando “no lo son y por eso Formosa y Catamarca aparecen haciendo mayor esfuerzo”.
También afirman que la Ciudad incorporó entre 2004 y 2021 nuevas competencias que fueron transferidas del gobierno nacional, como el subte (desde 2012), nuevas competencias en Justicia, y el Servicio de Seguridad en 2016. “Como consecuencia obvia, los pesos relativos de todas las reparticiones se reducen”, dijeron las fuentes del gobierno porteño a Clarín.
Y agregaron que, a diferencia de las provincias, CABA financia tanto competencias provinciales como municipales. “Si quisiera compararse el esfuerzo educativo de CABA contra el resto de las provincias habría que suprimir del análisis las porciones del presupuesto que CABA destina a competencias municipales. Así, la participación de educación en el gasto total subiría considerablemente”, dicen.
Finalmente afirman que la inversión en educación debe analizarse en función de los resultados educativos en rubros como infraestructura, tecnología, días/horas efectivas de clase, tazas de eficiencia interna del sistema o los resultados de la prueba Aprender, donde CABA saca ventaja frente a otras provincias.
Fuentes del gobierno de Mendoza dijeron a este diario que el porcentaje de educación en esa provincia en 2021 fue, en realidad, del 30% y no 22% como muestra el informe.
Desde la visión de esa provincia, no debe sumarse al cálculo de la torta total presupuestaria el proyecto Portezuelo del Viento que -como el subte en CABA- fue transferido recientemente a la provincia por parte de Nación. Además, afirman, debería incluirse dentro de la función educación el porcentaje del subsidio al transporte (porque la jurisdicción transporta a los alumnos) y la transferencia que hacen a municipios.
Como CABA, también hicieron eje en los resultados educativos que obtienen. Para eso, mostraron un cuadro que relaciona inversión con las cifras de alumnos que terminan en tiempo y forma la primaria y la secundaria, donde Mendoza queda bien parada.
“Importa el recurso, sí. Pero sin dudas también importa la política que hacés. Y en eso somos la provincia más eficiente. Es decir que si tuviéramos más plata podríamos mejorar mucho. Somos hoy una provincia ordenada, pero no tenemos mucho más para repartir”, le dijeron a este diario.
Casi todo va a salarios
El trabajo del Observatorio también se mete adentro de los presupuestos provinciales y se enfoca en qué gasta cada provincia en materia educativa. Si bien todas las jurisdicciones dedican más del 65% de sus presupuestos educativos al pago de salarios, ese porcentaje alcanza niveles máximos en Chubut (91%) y Neuquén (86%). En el otro extremo, las que destinan menor proporción del presupuesto educativo a salarios son San Luis (66%), Formosa y CABA (69%).
La segunda prioridad (al menos para el 2021) son los subsidios a las escuelas privadas (12%) que -indirectamente- también financian salarios. Esto implica que a nivel país, el 90% de los gastos educativos se destinan al pago de sueldos, señala el informe del Observatorio. El resto del dinero va para otros gastos, como el arreglo o construcción de nuevas escuelas.
“En un país federal, con un financiamiento compartido entre la Nación y las provincias, deben plantearse mecanismos para que los esfuerzos económicos de ambos niveles de gobierno sean complementarios y no sustitutos y, asimismo, los escasos recursos se empleen de un modo que combine la eficiencia con la equidad entre estratos sociales y regiones del país”, señala en el comunicado del Observatorio Juan Doberti, docente e investigador de la UBA.