En 2022, entre otros, cayó Leonardo Cositorto, acusado de estafas piramidales. El proceso de extradición puede llevar un largo tiempo.
La primera circular roja de Interpol en Argentina es de 1947. Roberto Galluppe era buscado por realizar una estafa mediante una empresa textil. Setenta y cinco años después, Interpol cerró 2022 con estos números: 110 detenciones activas (21 argentinos), 12 argentinos detenidos en el exterior y extraditados, 69 detenciones pasivas (13 argentinos) y 56 extradiciones pasivas concretadas (8 argentinos).
En la actualidad hay por lo menos otros 348 compatriotas (333 hombres y 15 mujeres) con notificaciones rojas públicas en circulación. Los buscan en el país y también en el exterior.
En febrero de este año se entregó uno de los argentinos más buscados: Leandro Sebastián Martínez (43), prófugo desde enero de 2020 por el abuso sexual de su sobrina, una nena de 12 años, quien grabó el ataque para demostrar su relato en un country de Francisco Álvarez (Moreno).
“Uno de los mayores desafíos y atractivos de nuestro trabajo es buscar a una persona que puede estar escondida en cualquier rincón del mundo. Nuestra misión se limita a detenerlos; no tenemos que encontrar pruebas para culparlos, como los detectives de otras divisiones”, cuenta un investigador consultado por Clarín.
Y agrega: “Acá todos los días son distintos: podés pasar de buscar a un italiano de la mafia calabresa que vive en Nordelta y tiene negocios lícitos en Argentina a un sudamericano que se esconde en alguna villa porteña o un pueblo del interior del país por un crimen o un abuso”.
Desde 1962 la representación de Interpol Argentina está formada por integrantes de la Policía Federal Argentina (PFA). Cuentan con brigadas de búsqueda de prófugos (de personas que se esconden en Argentina) y con una mesa de seguimiento que se ocupa de los que huyen por el exterior.
Con los datos generados, se contactan con divisiones de Interpol de otros países y comparten la información para que agentes extranjeros concreten la detención. Para eso siempre cuentan con traductores disponibles durante las 24 horas.
Las detenciones activas son las ejecutadas en el exterior (ya sean argentinos o extranjeros), a requerimiento de autoridades judiciales nacionales. Es decir, argentinos o extranjeros que cometieron un delito en Argentina.
La más mediática de 2022 fue la de Leonardo Cositorto, detenido en República Dominicana por estafas piramidales. Pero hay otras que probablemente no fueron noticia para los medios. Como la de un cordobés, de 24 años, detenido en Polonia. Estaba en lo de una tía y lo ubicaron por el IP de una foto.
Este hombre es solo uno de los 31 que eran buscados, y fueron detenidos, por abusos sexuales (en la lista de delitos lo siguen la comercialización de estupefacientes, con 25 detenidos, homicidios con 13 y robos con 9).
“Alcanzó a salir de Argentina sin impedimentos”, recuerda una de las tres fuentes consultadas por Clarín, que prefieren no revelar su identidad porque son detectives, de los que trabajen en el campo.
“Además, muchas veces investigamos gente pesada”, argumentan. Y otro retoma: “Diría que el 99% de las personas que son encontradas fuera de Sudamérica alcanzaron a viajar antes de que el Juzgado emita la captura internacional, cuando no tenían impedimentos para hacerlo. Lo de escapar en un vuelo privado es un mito”.
Paraguay es el país en el que más detenciones se concretaron en 2022, con 38. Lo siguen Perú (16), España (15) y Colombia (9).
Caer en Qatar
Entre los casos llamativos de argentinos está el de Diego Chacón, el abogado jujeño acusado de formar parte de una banda que mató a un empleado de una distribuidora, en el marco de un intento de robo en San Salvador. Fue detenido en Qatar. Había viajado a ver los primeros partidos de la Selección.
A partir de cada detención comienza el denominado “proceso” o “juicio” de extradición a Argentina. Puede implicar meses, o un año; a veces dos. El día de la extradición, dos agentes de Interpol Argentina llegarán al destino y trasladarán al detenido hasta el aeropuerto local. Luego, subirán a un avión vacío, comercial, antes que el resto de los pasajeros. Ocuparán tres asientos del fondo.
Los policías deben encargarse hasta de cortarles la comida. “Nos pasó de detenidos que se te ponen a llorar en el vuelo…”, dice una de las fuentes.
“Lloran de alegría. Recuerdo el caso de uno que fuimos a buscar a una cárcel de Etiopía. Imaginate lo que es una cárcel en ese país… ¡quería venir ya! Uno que extraditamos desde México lloró cuando le sirvieron un muffin en el avión. Venía de un año y cuatro meses comiendo frijoles todos los días”, agrega.
Algunos están en cárceles de Europa y con los euros que cobran por trabajar intramuros ayudan a sus familias. “Puede que estén en ‘cárceles lindas’ y sin violencia. Pero extrañan. Y acá pueden recibir visitas de sus familiares”, explica un agente con 25 años en Interpol.
De los 12 argentinos extraditados el año pasado, 5 llegaron desde España. “Con Interpol España se trabaja un montón”, afirman los detectives.
“Hay muchos casos de narcotraficantes y de ladrones que viajaban a robar joyerías”. Aunque también los hay por otros delitos. Como el misionero buscado y detenido por estafas piramidales en su provincia. “Cometió un delito económico y vino lo más tranquilo. No es lo mismo trasladar un tipo así a otro detenido por robos a mano armada, homicidio o por ser un capo narco”, detallan.
Y citan el caso de Rodolfo “Ruso” Lohrmann, detenido en Portugal por robar bancos en Lisboa y con requerimiento de Argentina por el secuestro y la desaparición de Cristian Schaerer, en 2003.
“Por el peligro de fuga, a un delincuente así no lo podés trasladar en un vuelo de línea. Con ‘Mi Sangre’ (por el narco colombiano Henry de Jesús López Londoño) hicimos un operativo especial: lo sacamos de la cárcel en helicóptero y recién ahí se enteró de su extradición. Estados Unidos envió un avión especial para su traslado”, indica un investigador.
En la lista de detenciones también hay un venezolano (en total hay tres detenidos de ese país) encontrado en San Pablo, Brasil, por un secuestro extorsivo cometido en Florencio Varela.
En ese mismo país detuvieron a un colombiano (en total son siete de esa nacionalidad) que llevaba cinco años prófugo por liderar una banda que ofrecía préstamos ilegales en distintas provincias de Argentina.
Siempre en la misma lista de detenciones activas hay tres dominicanos. Uno de ellos vivía en la Patagonia. Se lo señalaba como el líder de una organización que enviaba cocaína de Buenos Aires a Comodoro Rivadavia. Cayó en España.
Otro de los colombianos encontrado y detenido durante 2022 es Gabriel Londoño Rojas. Sería el líder de una banda que traficó 1.600 kilos de cocaína de Rosario a Dubai. Fue sorprendido por los agentes de Interpol de Emiratos Árabes.
En las últimas semanas del año y a comienzos de 2023 sonaron las alertas por tres personas muy buscadas. El primero era Raúl Martín Maylli Rivera, más conocido como “Dumbo”. Tenía pedido de captura internacional desde mayo de 2021, acusado de ser el líder de una organización que comercializaba drogas en el sur de la ciudad.
El Gobierno ofrecía 5 millones de pesos por datos sobre su paradero. Hasta que lo encontraron en Lima. Es uno de 14 peruanos capturados durante 2022. El país con más detenidos es Paraguay, con 36 presos.
Las otras dos personas requeridas por la Justicia eran argentinas: Esteban Rocha y Brisa Leguizamón, los protagonistas rosarinos de la boda que terminó con un triple crimen. Interpol los capturó en Asunción, Paraguay, el 5 de enero pasado. Son investigados por narcotráfico.
Las detenciones pasivas son las ejecutadas en Argentina, por pedido de autoridades extranjeras y nacionales. De las 69 causas, 16 son por robo, 13 por homicidio, 9 por abuso sexual, 7 por narcotráfico, 4 por estafas, entre otros delitos.
Una de las detenciones más llamativas del 2022 fue en Tucumán: un rumano de 54 años era buscado por Interpol España, acusado de integrar una banda dedicada a robar cajeros automáticos utilizando explosivos. Había llegado a la provincia por familiares de su pareja.
Otro seguido y encontrado por robos a mano armada es un chileno que trabajaba de camionero de una empresa láctea del Oeste del Gran Buenos Aires. Lo requería Alemania.
Miguel Ángel Vega Pérez, “El Chuma”, también es chileno. Lo requerían de su país, por un doble crimen. Lo detuvieron y fue enviado a una comisaría de la Ciudad de Buenos Aires. De allí se fugó el 3 de junio. Pero fue recapturado en Ciudad Evita, La Matanza, el 30 de junio.
La División Investigación Federal de Fugitivos y Extradiciones allanó su casa y secuestró armas, un auto con pedido de secuestro y las típicas herramientas utilizadas por los ladrones de viviendas de la modalidad “escruche”.
La lista es liderada por peruanos (14), argentinos (13), paraguayos (12) y brasileños (9). “En cada detención es común recibir las felicitaciones del país requiriente”, aclaran los agentes. “Tenemos que darles respuestas a sus pedidos, porque esperamos lo mismo ante cada fugitivo nuestro. Es frustrante saber dónde está una persona y que tu par no lo encuentre…”.