Una vecina del barrio CGT de la ciudad de Río Grande denunció que al regresar a su casa, luego de haber pasado dos meses varada en Mendoza por la pandemia, su sobrina había usurpado el lugar y tuvo que dormir varias noches dentro de su automóvil ya que, si bien tiene la llave, sus parientes no la dejan ingresar.
Patricia había viajado en febrero de vacaciones a su provincia natal, dejando a su sobrina como cuidadora del domicilio. En el tiempo transcurrido hasta su llegada, su sobrina habría falsificado un boleto de compra y venta del inmueble, en el cual se manifiesta que ella adquirió la propiedad por un valor de 200 mil pesos a una persona llamada Antonia Francisca García, otra vecina de la ciudad de Río Grande.
El problema principal es que la documentación de Patricia sigue adentro del domicilio al cual su sobrina, junto a un hombre que desconoce, no la dejan ingresar, siendo que “no han cambiado ni la cerradura”.
La denuncia está hecha y la damnificada espera que se libre la orden de desalojo, mientras pasa los días en la casa de una amiga que, al enterarse de la situación, la acogió.