En América Latina y el Caribe, el 55% de los niños logra curarse. Trece países de la región están desarrollando planes nacionales y ampliando el acceso al diagnóstico y tratamiento de estas patologías, con asistencia técnica de la OPS
Cada 15 de febrero, la comunidad mundial en torno al cáncer pediátrico conmemora el Día Internacional del Cáncer Infantil con una campaña colaborativa para crear conciencia sobre las patologías oncológicas en niños y para expresar el apoyo a los chicos y adolescentes con cáncer, los supervivientes y sus familias. Es que, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), un diagnóstico y tratamiento oportunos son claves para mejorar las posibilidades de supervivencia.
Según el ente sanitario panamericano, el cáncer es una de las principales causas de muerte de niños y adolescentes en todo el mundo. Cada año, más de 400.000 niños son diagnosticados con esta enfermedad a nivel global. En la Región de las Américas, se estima que hubo 32.065 nuevos casos de cáncer en 2020 en niños de 0 a 14 años; siendo 20.855 de estos casos en países de América Latina y el Caribe; siendo que en esta región, anualmente, 29 mil chicos reciben este diagnóstico.
El 55% de los niños y adolescentes con cáncer se curan en América Latina y el Caribe, pero la mayoría de los enfermos sufren desigualdades en el acceso al tratamiento, informó la OPS. “La gran mayoría de los niños con cáncer viven en países de ingresos bajos y medianos, donde enfrentan inequidades inaceptables en aspectos como la detección temprana, el diagnóstico y el acceso a tratamientos de calidad y cuidados paliativos”, aseguró Anselm Hennis, director de Enfermedades no Transmisibles y Salud Mental de la OPS, en un comunicado.
El objetivo: alcanzar el 60% para 2030
Estas desigualdades generan brechas en el porcentaje de supervivencia que va del 80% al 20% dependiendo del país. Para paliarlo la OPS impulsó en la región CureAll, una iniciativa mundial que busca aumentar la tasa global de curación del cáncer infantil hasta alcanzar el 60% para 2030, y trabaja en un proyecto para ayudar a los países de ingresos medianos y bajos a ampliar su acceso a medicamentos esenciales que salvan vidas, añade el comunicado.
“Si bien América Latina y el Caribe está muy cerca de la meta del 60% como región, debemos hacer todos los esfuerzos posibles para cerrar las brechas”, afirmó Mauricio Maza, asesor regional en prevención y control del cáncer de la OPS. Uno de los problemas que impiden aumentar el nivel de supervivencia son las altas tasas de abandono del tratamiento, que en los países de bajos y medianos ingresos de la región es del 30%.
En los últimos años se han logrado importantes avances en el tratamiento del cáncer pediátrico, alcanzando un aumento en las tasas de supervivencia. Pero dada la complejidad de los procedimientos terapéuticos actuales, los niños y niñas con cáncer deben ser referidos lo más pronto posible a centros que tienen recursos humanos y técnicos especializados, donde son tratados por personal entrenado en onco-hematología pediátrica. Por tanto, es clave que los padres y el personal de salud conozcan los primeros signos y síntomas y estén atentos para actuar en caso de que aparezcan.
Por iniciativa de la Organización Internacional de Cáncer Infantil (CCI), una red formada por 177 organizaciones de padres de niños con cáncer de 90 países, el 15 de febrero de 2002 fue declarado Día Internacional del Cáncer Infantil. Desde entonces, durante el mes de febrero las Organizaciones de Ayuda a Niños y Jóvenes con Cáncer de todo el mundo realizan diversas acciones con el fin de lograr que se valoren y entiendan los temas que afectan a los chicos con cáncer y a los sobrevivientes, como así también los desafíos que afrontan.
Para salvar vidas y reducir el sufrimiento de los niños con cáncer, estas iniciativas buscan aumentar la capacidad de los países para brindar servicios de calidad a los niños con cáncer y priorizar el cáncer infantil a nivel nacional, regional y mundial para impulsar la acción.
El Día Internacional del Cáncer Infantil se basa en la creencia principal de la CCI de que todo niño con cáncer merece la mejor atención médica y psicosocial, independientemente de su país de origen, estatus económico o clase social. También se apoya en la premisa de que la muerte de niños con cáncer es evitable, con un diagnóstico preciso y a tiempo, disponibilidad y acceso a tratamientos y cuidados apropiados.
#PoneteLaCamiseta
La Fundación Natalí Dafne Flexer, de ayuda a niños, adolescentes y jóvenes con cáncer, invita a que este miércoles 15 de febrero todos nos “Pongamos la Camiseta” y salgamos a la calle con la remera de la fundación o una prenda blanca, demostrando así nuestro apoyo a los chicos con cáncer.
La convocatoria central tendrá lugar en el shopping Alto Palermo, entre las 10 y las 20 hs. Allí, todas las personas que realicen una donación, recibirán la camiseta oficial de la campaña, diseñada por el historietista Gustavo Sala. También tendrán la oportunidad de participar del Flexer Flash Day, una acción en la que varios dibujantes e ilustradores estarán interviniendo camisetas en vivo. Por cada camiseta adquirida ese día, el Alto Palermo donará $2.000.
Quienes no puedan acercarse podrán conseguir su camiseta oficial ingresando durante el mes de febrero a www.ponetelacamiseta.org. La totalidad de los fondos recaudados durante la campaña serán destinados al sostenimiento de los programas y servicios que la fundación ofrece, de forma gratuita, a aproximadamente 1500 chicos y sus familias cada mes.
Este año bajo el lema “Una mejor sobrevida para los adolescentes y jóvenes con cáncer es posible”, la Fundación Natalí Dafne Flexer, como representante de la Red Nacional de Organizaciones de Ayuda de Niños y Adolescentes con Cáncer que integran 23 organizaciones de todo el país, propone estas acciones para resaltar la importancia de que adolescentes y jóvenes con cáncer accedan a una atención integral y especializada.
“El diagnóstico de una enfermedad oncológica impacta de una manera muy especial en adolescentes y jóvenes, muy diferente a lo que sucede en la niñez. Durante el tratamiento, la identidad, autonomía e integración social de los adolescentes y jóvenes se ven amenazadas, poniendo en riesgo el cumplimiento del mismo. Por otro lado, las etapas de mantenimiento y control son períodos en los que los adolescentes y jóvenes se sienten ‘curados’ y muchas veces no adhieren con rigurosidad a las prescripciones médicas y a los controles periódicos que deben realizar”, aseveró Leticia García, directora ejecutiva de la fundación.
Por su parte, Edith Grynszpancholc, presidenta, explicó: “La evidencia sugiere que algunos cánceres en los adolescentes y adultos jóvenes (AYAs) pueden tener características genéticas y biológicas particulares que tienen mejor respuesta al tratamiento y atención de especialistas pediátricos. Siguiendo la tendencia mundial actual, consideramos que el tratamiento de AYAs debe llevarse a cabo en forma conjunta entre oncólogos pediátricos y de adultos, en espacios de atención e internación diferenciados, poniendo especial énfasis en la rehabilitación de secuelas. Debe ofrecerse también apoyo psicosocial acorde a sus necesidades sobre cuestiones vinculadas con el acceso y adherencia al tratamiento, práctica de conductas saludables, reinserción social, escolar y laboral, etc”.