Una investigación en laboratorio demostró que la estimulación eléctrica ocular puede aliviar los síntomas similares a ciertas enfermedades mentales y mejorar la función cognitiva en animales
La depresión es una enfermedad frecuente en todo el mundo, se estima que afecta a un 3,8% de la población, incluidos un 5% de los adultos y un 5,7% de los adultos de más de 60 años, según datos de la Organización Mundial de la Salud. Recientemente, la agencia sanitaria internacional informó que la pandemia de COVID-19 ha provocado un aumento masivo en el número de personas con ansiedad y depresión.
A este escenario se suma que alrededor de una cuarta parte de los pacientes no responde adecuadamente a los tratamientos disponibles. Por eso, las investigaciones científicas se orientan a buscar nuevas terapias que puedan tratar la enfermedad.
Ahora, un equipo de investigación conjunto de la Facultad de Medicina LKS perteneciente a la Universidad de Hong Kong (HKUMed) y la Universidad de la Ciudad de Hong Kong (CityU) descubrió que la estimulación eléctrica de la superficie del ojo puede aliviar los síntomas similares a la depresión y mejorar la función cognitiva en animales. Estos importantes hallazgos se publicaron recientemente en Brain Stimulation.
Como antecendente en esta asociación entre salud visual y mental, un estudio científico previo sugirió que la depresión que es un 25% más frecuente en personas con discapacidad visual.
Según la OMS, se estima que aproximadamente 1300 millones de personas viven con alguna forma de deficiencia visual y que la mayoría de las personas con visión deficiente tienen más de 50 años. A su vez, hay al menos 2200 millones de personas con deterioro de la visión cercana o distante, y en casi la mitad de los casos el deterioro visual podría haberse evitado.
Ya en 2015, Lim Lee Wei, profesor asistente en la Facultad de Ciencias Biomédicas, HKUMed, y ex becario de investigación Lee Kuan Yew en Singapur, indicó que la estimulación cerebral profunda de la corteza prefrontal en el cerebro de los animales podría mejorar la función de la memoria y aliviar síntomas depresivos.
Estos efectos terapéuticos se atribuyeron al crecimiento de las células cerebrales en el hipocampo, una región del cerebro que se sabe que está involucrada en la función de aprendizaje y memoria. Sin embargo, esta técnica, también conocida como estimulación cerebral profunda, es invasiva y requiere cirugía para implantar electrodos en el cerebro, lo que puede causar efectos secundarios como infecciones y otras complicaciones postoperatorias.
Ahora, un equipo de investigadores de Hong Kong encabezado por el propio Lim Lee Wei que reunió a especialistas de los departamentos de Ingeniería Eléctrica, Ciencias Biomédicas y de Investigación de Neurociencias, buscó formas alternativas de tratar enfermedades neuropsiquiátricas.
Descubrieron que la estimulación no invasiva de la superficie de la córnea del ojo (conocida como estimulación eléctrica transcorneal o TES), que activa las vías cerebrales, generó notables efectos similares a los antidepresivos y redujo las hormonas del estrés en un modelo animal para la depresión. Además, esta técnica indujo la expresión de genes implicados en el desarrollo y crecimiento de células cerebrales en el hipocampo.
En experimentos relacionados, Yu Wing-shan, estudiante de doctorado y otros investigadores de la Facultad de Ciencias Biomédicas de HKUMed investigaron si este enfoque podría usarse para tratar la enfermedad de Alzheimer, un tipo común de demencia sin cura definitiva.
Descubrieron que esta estimulación no invasiva en ratones mejoró drásticamente el rendimiento de la memoria y redujo los depósitos de beta-amiloide en el hipocampo, que es una de las características de la enfermedad de Alzheimer.
“La estimulación eléctrica transcorneal es un método no invasivo desarrollado inicialmente para tratar enfermedades oculares -informó Yu Wing-shan-, y sería un gran avance científico si pudiera aplicarse para tratar enfermedades neuropsiquiátricas”.
En conclusión, los resultados de la investigación sugirieron un posible mecanismo de neuroplasticidad de los efectos similares a los antidepresivos aplicando TES. “Estos hallazgos de investigación allanan el camino para nuevas oportunidades terapéuticas para desarrollar un tratamiento novedoso para pacientes que sufren de depresión y demencia resistentes al tratamiento. Sin embargo, se deben realizar ensayos clínicos para validar la eficacia y la seguridad”, concluyó Chan Ying-shing.