Hace 4 años que una parte de los recuerdos de Fabián Volonté, que peleó en las islas a los 19 años, están expuestos en el Museo de Flores. La falta de reconocimiento, los recuerdos y un acto especial el sábado.
Prendas de combate, medallas, telegramas, cartas y fotos que tomó con una cámara Kodak. Fabián Volonté peleó en la Guerra de Malvinas a los 19 años. Hace 40. Y una parte de su historia en las islas está desde 2018 en las vitrinas del Museo de Flores, su barrio, en donde también lo consideran un héroe, y en donde recibe un reconocimiento que es difícil de encontrar de parte del Estado.
“Todavía las heridas están abiertas. No se ven, pero sangran para toda la vida. Yo, gracias a Dios, puedo tener un espacio en el Museo de Flores, que dispusieron para que la gente pueda ver cómo combatió un solado. Ahí están mi uniforme, mis cartas, mis fotos. Parte de esa historia está plasmada ahí para que la gente pueda verlo, tocarlo y sentir algo de lo que vivimos en la guerra”, dice, y agrega: “Y ahora, 40 años después, no fuimos invitados ni por el Ejército ni por el Estado. Entonces, el acto que se va a hacer el sábado en la plaza de Flores va a ser uno de los más importantes”.
El encuentro, organizado por la Asociación Patriótica San José de Flores, Museo Barrio de Flores, M28 Agrupación de ex soldados independientes y la Comuna 7, empezará a las 9.30 en la Plaza Pueyrredón, frente a la Basílica San José de Flores.
Como otras veces, ante la gente más cercana, junto al mástil que recuerda la fundación de Flores, frente a los vecinos del barrio en donde vive y tiene su trabajo (es dueño del Taller del ex Combatiente de Puerto Argentino), Volonté leerá un texto que escribió durante los últimos días y en el que está presente su vocación por mantener viva la lucha por el reconocimiento para cientos de ex combatientes.
“El 2 de abril destapan el ataúd, nos sacan a relucir, y el 14 de junio lo vuelven a cerrar hasta el próximo 2 de abril”, afirma el ex soldado, y lo grafica: “No espero nada 40 años después. Ningún gobierno se preparó para poder tenernos a nosotros. O somos una piedra en el camino o no saben cómo tratarnos. Pasaron 40 años y no tuvimos ni una revisión de salud para ver cómo estamos”.
La historia de Fabián es parecida a la de otros soldados que, de pronto, terminaron en la guerra. “El 8 de marzo me habían dado la baja por buena conducta. Y a los 30 días, el 8 de abril, me vuelven a convocar. La guerra se planeó de la noche a la mañana”, recuerda, y sigue: “En dos horas tenía de nuevo mi arma, el fusil 36.078, la ropa, la vacuna en la espalda, me cortaron el pelo y estaba listo para salir a las islas”.
Contra lo que pensaba, que era que iba a quedar en un cuartel del continente, el 14 de abril voló a Río Gallegos y el 15 ya estaba en Malvinas.
“Si bien la guerra a los 19 años es algo impensado, por la juventud soportás un montón de cosas para sobrevivir. Pasamos torturas, maltratos, robos. Todas cuestiones que solo sufren quienes van a una guerra”. El relato de Volonté continúa. “Pero también dependés mucho de la suerte, de que no te caiga una bomba o un misil. Y nosotros, que integrábamos la Compañía de Comunicaciones, éramos un blanco buscado”.
En Malvinas, Fabián perdió amigos, vivió 40 días en los que creció “de golpe”. Y después del 14 de junio de 1982 transcurrieron 40 años en los que, asegura, tiene que seguir demostrando quién es un ex soldado y quién no. Porque “ni el Estado ni mucha gente en la sociedad saben distinguirnos”.
“Yo era un soldado, un civil, un chico de 19 años que mandaron a la guerra. Di lo que pude, lo que tenía, para poder llegar al punto de volver. Toda misión que me daban trataba de hacerla segura para que nada me pasara -continúa el relato Volonté-. Y ahora, a 40 años, es cada vez más visible que la posguerra fue más traumática que la guerra misma. Es duro volver y encontrarte con que estás solo, con que el Estado te abandona y no te reconoce, no te pone en un lugar privilegiado”.
Entre las luchas de la posguerra estuvo la que emprendieron para lograr una pensión y una obra social. Y también la ley de jubilación anticipada. También hay cuentas pendientes: “El actual Presidente (Alberto Fernández), hace un año dijo que iba a modificar leyes en beneficio de los veteranos. Pero no se hizo nada. Y el Gobierno de la Ciudad aprobó en 2007 una ley para destinar un espacio del cementerio de Chacarita para enterrar a los héroes que mueren. Tampoco se hizo nada”.
“A 40 años estoy sobreviviendo”, subraya Volonté, y agrega: “Sigo malvinizando, doy charlas en las escuelas y cuento la guerra en primera persona, mi experiencia. Explicando que hubo muchos chicos y amigos que entregaron la vida. Y que estoy convencido de que hay que seguir luchando por recuperar las islas, porque nos pertenecen, pero desde la diplomacia”.
Muestra de fotos
Además del acto del sábado a las 9.30 y de la muestra permanente sobre Fabián Volonté, el Museo de Flores expondrá 6 de los 18 retratos del ex combatiente Adrián Rocha Novoa. Son tomas directas digitales, impresas sobre papel fotográfico con tecnología Inkjet, montados en bastidores de 90 x 135 cm.
La exposición, que estuvo en el Centro Cultural Recoleta, podrá visitarse –de forma gratuita– todos los sábados de abril de 11 a 13 y de 17 a 19, en Ramón Falcón 2207, esquina Bonorino.