Afecta a 25 millones de personas en el mundo y puede ser mortal si no es detectada a tiempo. El tratamiento médico es clave para que los pacientes mejoren su calidad de vida. Cuáles son los síntomas
La hipertensión arterial pulmonar es un tipo de presión arterial alta que afecta a las arterias de los pulmones y al lado derecho del corazón. Es una enfermedad rara y crónica que puede ser mortal. Si bien hasta el día de hoy no tiene cura, con el tratamiento adecuado se puede ralentizar su progresión y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Se la considera una enfermedad silenciosa porque los síntomas generalmente no aparecen hasta que la patología ha progresado, lo que significa que el diagnóstico y el tratamiento pueden retrasarse.
Para tomar conciencia y saber más sobre esta patología, el 5 de mayo se celebra el Día Mundial de la Hipertensión Arterial Pulmonar (HTAP). En ese sentido, desde la Federación Argentina de Cardiología (FAC) explicaron que puede afectar a personas de cualquier edad, desde niños muy pequeños hasta adultos mayores, aunque se diagnostica con mayor frecuencia en personas de entre 30 y 50 años, y afecta sobre todo a las mujeres.
En las personas que padecen hipertensión arterial pulmonar, las arterias que llevan la sangre desde el corazón hacia los pulmones se estrechan por razones que aún no se entienden completamente. Si estas arterias se estrechan, no pueden transportar la cantidad de sangre necesaria y ocurre una acumulación de presión.
Esto impone un esfuerzo al corazón porque este tiene que trabajar mucho más para hacer pasar la sangre por los pulmones en contra de esta presión. Con el tiempo, esto provoca que el lado derecho del corazón se vuelva más grande, explicaron desde la Asociación Civil Hipertensión Pulmonar Argentina (HIPUA).
Los síntomas más comunes son cansancio, tos seca, falta de aire o agitación y taquicardia, en todos los casos, los síntomas empeoran durante el esfuerzo (por ejemplo, al caminar rápido o subir una escalera). En algunos casos pueden aparecer mareos y desmayos.
“Frente a la aparición de estos síntomas, es necesaria la consulta con el médico para que pueda realizar los estudios necesarios y así llegar a un diagnóstico certero. La prevención y la rápida detección mediante la realización de un cateterismo cardíaco derecho son factores fundamentales para evitar que la Hipertensión Arterial Pulmonar avance a fases más complicadas”, dice el doctor Luis Lema, cardiólogo y miembro de la Federación Argentina de Cardiología.
En fases más avanzadas de la enfermedad pueden aparecer signos y síntomas de retención de líquidos como hinchazón o edema en tobillos, acumulación de líquido en el abdomen y empeoramiento de la falta de aire que puede ocurrir incluso durante el reposo.
En el mundo, unas 25 millones de personas presentan hipertensión arterial pulmonar. Puede estar causada por una variedad de otras afecciones subyacentes, o puede producirse sin una causa identificable.
En Argentina, unos 2.500 pacientes padecen esta enfermedad y muchos de ellos atraviesan sucesivas consultas con distintos profesionales hasta alcanzar el diagnóstico correcto. Su detección a tiempo es esencial para que los pacientes puedan tener una mayor expectativa de vida.
En las últimas décadas, los avances científicos aportaron nuevas alternativas de tratamientos que conllevan a la mejoría en la calidad de vida del paciente, al disminuir los síntomas de la enfermedad y al aumentar la expectativa de vida ya que logran retrasar el progreso de la patología.
Los tratamientos para la hipertensión arterial pulmonar se adecuan según la historia clínica y realidad de cada persona. El tratamiento se ajustará a las causas de la patología y a la respuesta que el paciente demuestre frente al mismo.
Desde la Asociación Civil Hipertensión Pulmonar Argentina remarcaron que resulta importante tener en claro cuáles deben ser los objetivos a alcanzar:
– Mejorar los síntomas
– Mejorar la tolerancia al ejercicio
– Mejorar el pronóstico a largo plazo
– Mejorar la calidad de vida
– Mejorar la supervivencia
La escasa sospecha clínica es la limitación más importante en la detección de la enfermedad y, como consecuencia, repercute en un diagnóstico tardío. Asimismo, la falta de conocimiento en relación a las herramientas diagnósticas para confirmar la presencia de la enfermedad y la ausencia de centros de referencia en muchas ciudades, brindan un impacto negativo en el pronóstico.