Un estudio a nivel nacional revela que el 75% de los chicos reconoce que en las aulas suceden episodios de discriminación. No obstante, el 65% dice que hay buena convivencia.
Un estudio a nivel nacional revela que 3 de cada 4 estudiantes (75,4%) reconocen que en la escuela suceden episodios de discriminación por aspecto físico. Los datos surgen del informe “¿Cómo perciben la convivencia escolar los alumnos y directores de secundaria?”, del Observatorio de Argentinos por la Educación. El documento utiliza la información relevada en los cuestionarios complementarios que respondieron estudiantes y directores de secundaria de todo el país en el operativo Aprender 2019 (el último disponible para ese nivel).
Según los datos publicados, además del aspecto físico, la discriminación por características personales o familiares –religión, nacionalidad, género, discapacidad– también representan un motivo de cargadas (67,7%). Otro tipo de bullying son las amenazas o agresiones entre compañeros (54,5%). Sin embargo, menos del 10% de los estudiantes considera que estos episodios suceden “siempre”. Con respecto a las amenazas o agresiones en redes sociales, más de la mitad de los estudiantes (52,8%) sostienen que esto no sucede nunca.
Discriminación y amenazas
Según la percepción de los directores, la frecuencia de los episodios de discriminación y amenazas en la escuela es menor que la percibida por los estudiantes. Pero a diferencia de los alumnos, los directores perciben que las amenazas o agresiones entre estudiantes en redes sociales suceden con más frecuencia que el resto de las situaciones mencionadas.
El 34,6% de los estudiantes del último año de secundaria están “nada” o “poco” de acuerdo con la afirmación de que hay buen clima de convivencia en su escuela. Por otro lado, el 65,4% percibe un buen ambiente de convivencia escolar. La mayoría de los estudiantes (75,2%) dice sentirse bien al ir a su escuela, mientras que 1 de cada 4 (24,8%) está en desacuerdo con esta idea.
El 65,1% de los estudiantes afirman que se llevan bien entre sí, mientras que el 34,9% está en desacuerdo con esta percepción. Por otro lado, cuando se pregunta a los directores por los problemas de convivencia entre estudiantes, solo el 2,8% considera que este es “un problema serio”. El 17% cree que es un “problema moderado” y el 41,2% considera que se trata de “un problema menor”. Para 4 de cada 10 directores (39%), la convivencia entre estudiantes “no es un problema”.
“Para enfrentar la violencia en general y el bullying en particular, las acciones deben ser complejas y gestionarse en distintos niveles: escuela, aula, docentes, estudiantes, familias y entorno. La violencia, como conducta generalmente aprendida en distintos ámbitos, puede ser prevenida y hasta desaprendida. La escuela requiere –con cierta urgencia– convertirse en ejemplo vivo de que es posible aprender y enseñar en espacios de bienestar y respeto”, señala Alejandro Castro Santander, coautor del informe junto a Martín Nistal y Eugenia Orlicki (Observatorio de Argentinos por la Educación).
“En la medida que los estudiantes perciban un clima favorecedor en el aula, se sientan escuchados y respetados por sus pares y sus docentes, podrán desarrollarse intelectualmente. Solo en un entorno seguro lograrán construir una sana estima de sí mismos, lograr autonomía, confianza, y aprender a interactuar con otros de manera efectiva. No debemos concentrar nuestro esfuerzo sólo en el aspecto académico de la educación sin tomar el compromiso de formar a los alumnos en valores como el respeto y la solidaridad”, afirma Paola Zabala, directora de Comunidad Anti Bullying Argentina.
Convivencia
La percepción del clima de convivencia escolar varía entre los estudiantes de distintas provincias. Las tres jurisdicciones con mayor proporción de alumnos que perciben dificultades de convivencia son Jujuy (43,4%), La Rioja (43,1%) y Catamarca (41,2%). Mientras que en el otro extremo se encuentran CABA (25,8%), La Pampa (28,3%) y Misiones (31,7%).
“Es el deber de las instituciones educativas garantizar el buen funcionamiento del clima escolar, trabajando en la prevención, el diálogo, la inclusión y la empatía. El bullying es el problema educativo más complejo de todos, por eso debemos actuar en la prevención”, opina Marina Vollmann, fundadora de Vínculos sin Bullying.
“El bullying y la violencia en la escuela, en tanto son problemáticas que tienen consecuencias comprobadas en la salud mental de quienes lo reciben y lo ejercen, constituyen un problema de salud pública. Es esencial contar con datos precisos sobre cuál es la situación específica de nuestras escuelas y nuestros alumnos. Hay mucho trabajo por hacer y camino por recorrer”, sostiene Candelaria Irazusta, cofundadora y directora ejecutiva del Equipo Anti Bullying Argentina.
“Para nosotros, como organizaciones que trabajamos en la prevención de la violencia en establecimientos educativos, este tipo de estudios y relevamientos son de suma importancia porque vienen a confirmar y poner en debate la percepción que hay sobre esta problemática por parte de la comunidad educativa”, dice Pablo Mainer, fundador de Hablemos de Bullying.
Y cierra: “A la hora de nuestras intervenciones, vemos en un principio, una negación o minimización del problema como así también la creencia de que se trata de hechos aislados, cuando en realidad al desarrollar programas en la mayorías de los casos se observa que realmente es un problema sistémico que debe ser abordado de esa manera”.