“En varios barrios hay personas muy vulnerables, expuestos a dermatitis, tuberculosis, y otras enfermedades, porque esta pandemia pone al rojo vivo la situación de los que tienen menos recursos y los deja aún peor. Salí un poco de mi fortaleza, que era la cooperativa, para ver una cantidad de cuestiones, necesidades e intervenciones que se necesitan. Estábamos saliendo del desmadre que dejó Rosana Bertone cuando llegó el coronavirus y tiró todo por la borda nuevamente”, lamentó esta mañana en Ártika, Mónica Acosta, legisladora provincial y presidente de Renacer.
La Parlamentaria consideró que el aislamiento es físico, pero “igualmente tenemos la posibilidad de estar pendientes de nuestras reparticiones a través del recurso tecnológico”, aunque advirtió que “hay que tener una mirada responsable sobre los proyectos que se presentan en este momento tan particular, donde hay que dejar de lado los egos y poner todo para trabajar y salir juntos”. Agregó: “En mi caso, siempre estoy pensando en cómo transformar esta crisis en una oportunidad para pensar sobre una salida ordenada de la cuarentena, en cómo sería el camino para volver a la producción y otras cuestiones a largo plazo”.
Mónica Acosta lidera la Cooperativa Renacer, una fábrica recuperada por los trabajadores que vivió turbulentos momentos durante la gestión gubernamental de Rosana Bertone al punto de tener que parar totalmente su producción. Un problema que veía la luz con el cambio de Gobierno, pero que volvió al fondo del mar con la coronacrisis mundial: “La planta está parada, parecía que las cosas se iban encausando con la llegada del nuevo Ejecutivo, tanto nacional como provincial, que nos había permitido tomar nuevamente contacto con nuestros clientes que ya estaban pensando en hacer compras de microondas o televisores”.
“Hay un impacto muy profundo en lo económico , nuestros insumos provienen de China, tuvimos embotellamientos logísticos. Tuvimos que gestionar para nuestros compañeros los programas Red Sol y Tarjeta Social, a pedir asistencia con módulos alimentarios”, aseveró Acosta.
Por último la referente industrial y social consideró como una buena posibilidad virar el rumbo de la industria fueguina hacia la medicina: “Podríamos presentar un registro, ajustarnos a los protocolos, adquirir equipamiento, ajustar los panoramas técnicos y legales, siempre que esté la decisión política. Las fábricas recuperadas somos las que más encajamos en este tipo de asistencia, y las más necesitadas del apoyo del Estado, que se nos tenga en cuenta para las licitaciones, ya que somos las únicas que privilegiamos a las personas y la estabilidad laboral a partir de nuestra forma solidaria de producir y repartir los recursos, sin robar, con emprendimientos estables y duraderos en el tiempo”.