“Pedimos al Concejo Deliberante que refuerce la ley provincial que convierte a la Laguna del Diablo en reserva natural y el 25 de agosto la ordenanza para la realización de un plan de manejo de suelo antes de cualquier impacto fue aprobada. Pero esta semana vence el plazo para que el Ejecutivo Municipal la promulgue o la vete”, dijo en Ártika Patricia, una vecina del Barrio Andino en representación de la agrupación de Amigos de la Laguna.
Hace años los vecinos sufrían un gran problema, “veníamos pidiendo por los servicios de seguridad e iluminación que abonamos, pero como nos dijeron que no había presupuesto nos dividimos entre los vecinos las tareas de limpieza y jardinería. Sin embargo, también tenemos que vigilar a las personas que durante la noche se reúnen dentro del bosque aledaño a la laguna para beber o consumir estupefacientes”.
Asimismo, en enero, los vecinos “nos encontramos con un tapial de chapa que cubría el frente de la laguna que había sido colocado en el marco de una construcción que teóricamente tendría fines deportivos y recreativos, lo cual nunca nos había sido comunicado”, relató Patricia y criticó que la obra “comenzó sin haberse realizado antes un estudio de suelo y factibilidad ambiental”.
En este contexto, “nos reunimos con los integrantes de otras asociaciones como Laguna de los Témpanos, y Laguna de los Patos, que también necesitan los servicios primordiales y no un edificio para que los políticos se saquen una foto”.
“Muchos querrán atribuir esto a motivos preeleccionarios, y que muchos políticos se estén acercando a nosotros por eso, ya que es lo más lejano al interés de los vecinos”, finalizó Patricia.
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