“El concejal Branca logró su objetivo, puso contentas a 40 personas sin notar que detrás hay unas 600 familias entre taxistas y remiseros a quienes les disminuirán los ingresos y el trabajo, sobre todo en este momento, cuando ya había vacas flacas”, criticó Alberto Esperanza, dueño de las agencias de remis de Ushuaia Carlitos y Bahía Hermosa, que salió con los tapones de punta tras la decisión unánime del Cuerpo Colegiado Capitalino de ampliar los derechos a los trabajadores del volante.
Según relata el empresario, que hace 33 años está al frente de ambas remiserías, que durante muchos años fueron las únicas que operaban en la capital fueguina, ” cuando empezó la pandemia en 2020 la cantidad de viajes total diaria de la agencia bajó de 2500 a 300, por lo que tomamos la medida de suspender por 23 días el cobro del canon de uso a los trabajadores y poder así seguir prestando el servicio. Pasado ese periodo comenzamos a cobrar un canon de 300 pesos diarios”.
“Pero en ese momento, apareció este personaje, Javier Branca, que junto a Alexander Benicio Sebastián – uno de los trabajadores que había sido desvinculado el año pasado de Remís Carlitos – , fogonearon a la gente para convencerlos de que el costo del canon era caro y así, después de 33 años al frente de la agencia, tuve cuatro paros en diez días y después de eso un corte en la Avenida San Martín, en la puerta del local”, manifestó Esperanza esta mañana en el programa radial Moneda Corriente, conducido por Luis Petit.
Esperanza afirma que “hablamos con ellos pero no había caso porque tenían otra cosa en mente: Debilitar la situación laboral ya golpeada por la pandemia para armar luego una cooperativa” y recalcó que “incluso, se presentaron en la puerta de mi domicilio e increparon a mi mujer, mi hija y hasta mi nieta. Son cuatro sin vergüenzas que entorpecen la situación inducidos por Branca, que es un cooperativista con la plata ajena”.
Luego de los diferentes paros que el año pasado los trabajadores de Carlitos y Bahía Hermosa hicieron el año pasado, dieron a conocer como era su situación laboral: Con la ordenanza anterior (o la actual, en realidad, porque la aprobada ayer por el Concejo aún no está reglamentada), ellos compraban en el mercado negro una licencia dentro de la agencia, la cual, en primera instancia podrían explotar por un año y, luego de ese plazo, la patronal decidiría si el trabajador podía seguir en la empresa o bien, si era “rebeldón”, se lo “desvinculaba” y debía vender su lugar de nuevo, en el mercado negro.
Esta situación, sumada a que los choferes solo pudieron eludir el pago del canon de uso durante 23 días, siendo que luego no pudieron trabajar a diario y tampoco se incrementó la movilidad de personas, llevó a un grupo de hombres que habían sido “desvinculados” por esperanza a presentar un recurso de amparo en la justicia, que perdieron, y, “según Branca no lo apelaron por falta de fondos, pero en realidad, no apelaron porque el fallo fue determinante y dice que los lugares son de la agencia”, dijo Esperanza, quien asegura que “el municipio y Branca quieren destruirme a mí, que soy un hombre de 70 años”.
Tras el fallo del juez, que había retenido las cuatro licencias en conflicto, las mismas se repartieron a cuatro personas que ya trabajaban dentro de la agencia de Esperanza.
“Para estos muchachos nosotros somos los malos de la película, pero yo con orgullo digo que empecé hace 33 años con 12 coches y hoy tengo 90”, aseveró el empresario y denotó que “los trabajadores sabían cuáles eran las condiciones de contratación de la agencia cuando entraron pero cuando llegaron las estrellas del Concejo Deliberante, empezó el quilombo”.
Con la ordenanza impulsada por el Cuerpo Colegiado ayer, ahora, las licencias, en vez de pertenecer a las remiserías, serán de la Municipalidad, quien repartirá los lugares (que actualmente son 180) y también tendrá posibilidad de ampliarlos.
“Si yo fuera intendente no dudaría en vetar la ordenanza”, dijo el empresario sobre la nueva reglamentación que afecta directamente su bolsillo, y alertó misterioso que “una persona importante que estuvo hace ocho días con el Intendente, le advirtió que esto podía traer un juicio que rondaría los 500 millones de pesos”.
El sujeto afirmó que: “Siento al concejal Branca tan ignorante. Son unos maleducados que ni siquiera respectan los años de trayectoria” y estimó que para él “hay alguien más arriba que está haciendo fuerza para que Branca haya llegado hasta acá”.
“¿Para qué le pagamos el sueldo si el Intendente no se mueve?”, interpeló Esperanza.
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