“Hasta que no tengamos los resultados de una prueba de ADN que nos asegure que el cuerpo ya descompuesto que pretenden mostrarnos, es el de nuestro padre, no vamos a acceder a la cremación”, manifestó hoy en Ártika Sandra Sena, cuyo progenitor falleció el año pasado de una enfermedad terminal, y hace más de un año y cinco meses, sus restos está en una habitación junto a más de cuarenta féretros.
El señor Sena había fallecido el 16 de marzo de 2020 y, desde ese momento, su cuerpo quedó a cargo de la funeraria Ramón Oviedo, que fue acusada de mantener en la clandestinidad ese y los restos de otros vecinos de Ushuaia, en un galpón sin las medidas edilicias correspondientes en el centro de la ciudad.
Tras la denuncia, la jueza María Cristina Barrionuevo, del Juzgado de Instrucción N° 2 capitalino, quedó a cargo de la causa, en la que la familia se presentó como querellante, y por la cual se libró la orden de vaciar el galpón para trasladar los restos a un depósito en el cementerio de Antiguos Pobladores del centro de Ushuaia.
“Luego de que denunciamos la irregularidad , la Jueza diligenció los allanamientos y peritajes, y se constató que lo que yo decía era verdad, aunque dijo que no había delito en la causa penal en la cual yo era querellante, pero sin embargo, detecto la responsabilidad civil”, relató Sena en Moneda Corriente, el main show de Ártika.
Después de que se determinase que las actuaciones civiles continuarían, Barrionuevo autorizó a las familias a hacer una inspección ocular de los cadáveres para la verificación de su identidad, pero “nos fue imposible, porque para ese momento ya había pasado mucho tiempo, además, de ser un golpe emocional muy fuerte que, incluso, dejó con muchos problemas a una de las personas que accedió al reconocimiento físico tras ver el estado de descomposición del cuerpo de su familiar”, manifestó la vecina de Ushuaia.
En este contexto, Sandra dijo: “Pedimos una prueba de ADN, porque nos hemos comunicado con varios especialistas que nos asesoraron, y nos informaron que habría que evaluar el estado de descomposición pero, igualmente, la muestra se extraería del fémur”.
Las familias perjudicadas son más de cuarenta, “pero hasta que no tengamos el resultado del ADN no vamos a acceder a la cremación, porque no quiero ni pensar que el cuerpo que nos afirman, no sea el de mi padre. Sería un desastre para todos nosotros, y también para las familias de los que ya han sido cremados”.
Escuchá la nota entera:
Sandra ya había pasado por Ártika en febrero de este año, podés ver checar esa entrevista acá: