“Un país no resiste dos meses y medio de encierro, psíquicamente la población no aguanta, tampoco la economía. La salud pública es importante, pero el coronavirus nos pone en un dilema y si no nos infectamos, tarde o temprano, no habrá más fuentes de trabajo, crecerá el desempleo, y habrá más miseria. Necesitamos equilibrio”, criticó el licenciado Anibal Lobasso en Ártika al respecto del aislamiento obligatorio y sus consecuencias.
El profesional remarcó que “no se puede estar pendiente todo el tiempo de la pandemia, porque se transforma en una obsesión que termina haciendo mal, como todo en exceso”, y además opinó que “en algunas oportunidades, se intenta de forma adrede de generar esta situación para ocultar otras que también pasan, como el dengue, la desnutrición, el riesgo país, la suba del dolar u otras cuestiones que hacen a la actividad económica”.
Lobasso denotó que “estadisticamente, muere más gente de gripe o accidentes cerebrovasculares que de Covid 19” y subrayó que “el aislamiento en el que estamos con el fin de achatar la curva no es natural, tarde o temprano, cuando salgamos y tengamos contacto social, el número de infectados va a subir. La medida fue oportuna, pero cuando la cuarentena pase, el virus seguirá latente y tarde o temprano todos nos vamos a contagiar”.
En este sentido, el docente también clarificó que “al no generarse actividades productivas, no hay recaudación, que es de lo que el Gobierno vive. Además, los comercios en Ushuaia siguen cerrados, qué pasará con la actividad hotelera y gastronómica. Recién en septiembre se van a regularizar los vuelos y eso no implica una apertura al turismo. Tenemos que ver cómo empezar a generar actividad productiva porque esto no es viable”.
Al respecto de las ayudas sociales paliativas a la grave situación socioeconómica que se brindan, Lobasso manifestó que “cuando una persona tiene dignidad y ha laburado le es difícil pedir ayuda; mientras que otros se aprovechan de estar desocupados, del estado; mientras que malos políticos se aprovechan también para crear una red clientelar en la que es más fácil pedir que salir a la calle a agarrar una pala”.
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