“Luego de la reducción de los puestos de trabajo y la pérdida del poder adquisitivo como elementos de presión en la actividad metalúrgica, al inicio de la actividad 2020 analizamos estos factores en congresos de delegados y asambleas con los grupos empresarios. En un principio tuvimos avances mínimos, pero ante la falta de respuestas concretas o el incumplimiento de las expectativas que teníamos con los compañeros, decidimos comenzar un plan de acción desde ayer”, relató hace instantes en Ártika el secretario General de la Unión Obrera Metalúrgica de Río Grande, Oscar Martínez.
Si bien los trabajadores metalúrgicos buscan una paritaria, desde la Asociación de Fábricas Argentinas Terminales de Electrónica (AFARTE), se niegan al diálogo debido al acuerdo que en 2017 habían firmado y por el cual se congelaban los salarios del sector hasta mediados de 2020.
Más allá del cierre del acuerdo de 2017, “han habido modificaciones al mismo, como el 24% logrado en 2019 o una cifra importante de 47 mil pesos lograda para todos los trabajadores en 2018. Este congelamiento ha tenido alguna flexibilidad por las medidas que ha llevado adelante la UOM”, detalló el líder gremial.
“La combinación de los problemas de los últimos años, inflación, suba del alquiler, de la canasta familiar, la incertidumbre, destrucción de puestos de trabajo, hizo que algunos trabajadores buscaran otras alternativas y volvieran a su lugar de origen”, enfatizó Martínez al respecto de la gran cantidad de desvinculaciones con acuerdos monetarios que se han dado entre trabajadores y empresas en el último tiempo.
De nueve mil trabajadores metalúrgicos que estaban en actividad en 2015, quedaron solo, en el día de hoy, cuatro mil, “es difícil que se puedan recuperar todos los puestos perdidos, será un proceso complejo y tomará tiempo. Es una preocupación que analizamos de forma permanente”, aseguró el ex Diputado Nacional.
Por último, Martínez planteó que los metalúrgicos de Ushuaia deberían manifestar su firme reclamo ante la patronal para mejorar las condiciones de vida, ya que los salarios de la ciudad capital son mucho menores que los riograndenses y los convocó a “sumarse al reclamo y dar una pelea en conjunto”.