“La ministro de Salud debe sacarse la venda de los ojos y saber que los trabajadores sanitarios le ponen el pecho a la pandemia y están cansados del manoseo, de las faltas de respeto, y las decisiones arbitrarias. No reclamamos aumentos salariales, sino por problemas edilicios, necesitamos calidad para garantizar la salud de la población”, dijo en Ártika hoy Cristian Flores, trabajador del Hospital Regional Ushuaia, durante la protesta del personal de guardia que se extendió durante toda la mañana.
Hasta las dos de la tarde, los trabajadores de la Guardia del nosocomio Ernesto Campos de la ciudad de Ushuaia estuvieron con medidas de fuerza, pero garantizando la atención.
Flores, que a su vez es delegado de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina (ATSA) afirmó que “quieren sacar la tira seis y hacer una terapia, mientras el servicio de rayos es una verguenza, los tomógrafos están rotos por falta de mantenimiento; a las únicas dos ambulancias punteras para toda la Provincia no se les hizo el service; en la cocina, muchas veces, faltaron insumos y los compañeros traían hasta sal de sus casas para el Hospital”.
“Si hablamos de todos los problemas que el nosocomio tiene, directamente hay que cerrarlo, pero nosotros, los trabajadores le ponemos el pecho cuando es vergonzoza la situación en la que se trabaja en la Guardia
Los trabajadores aseguran “estar cansados física y mentalmente, porque luego de un año y medio de trabajar en pandemia, no obtenemos respuestas a conciencia por parte del Ejecutivo Provincial, cuando hubo muchas promesas por parte de la ministro (Judit Di Giglio), que recorrió las instalaciones pero solo quedó en las palabras”.
“Reclamamos también espacios físicos para atender a pacientes no Covid, algo que es fundamental, porque hay muchas personas con otras patologías que no pueden ser asistidas actualmente”, manifestó Flores y ejemplificó que “para la población de 70 mil habitantes de Ushuaia hay solo seis sillas de ruedas y, cuando se rompen, las remplazan por otras que también están averiadas”.
Asimismo, el profesional resaltó que “con lo poco que hay, el servicio funciona, porque los enfermeros hasta tuvimos que ponernos de acuerdo para desinfectar, porque si fuera por Gobierno, nos contagiamos todos”.
“La guardia del hospital es un servicio esencial que no para, después de un año y medio de gestión, mientras estuvimos firmes las 24 horas, seguimos reclamando mejoras pero nos dan vueltas, hacen oídos sordos, se ponen una venda en los ojos y un tapabocas para no dar respuestas”, finalizó.
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