“El subrégimen 19640 ha beneficiado solamente a un grupo reducido de empresarios que obtienen ganancias por quedarse con la diferencia de las cargas impositivas de los elementos producidos en Tierra del Fuego y vendidos en el continente. Se apropian del costo de impuestos como propio”, disparó hoy en Ártika el abogado Federico Rauch.
Para pasar los actuales beneficios, para unos pocos de la Ley 19640, podemos decir que “un grupo reducido de empresarios produce productos en Tierra del Fuego sin pagar cargas impositivas, para luego, venderlos en el continente, obtener los beneficios fuera de la Provincia adicionando el costo por la carga impositiva que hubieran pagado”. La diferencia, en vez de ir a la AFIP, va a parar “al bolsillo de estos empresarios”, manifestó el letrado.
Durante el fin de semana, el gobernador Gustavo Melella planteó en medios nacionales la necesidad de que continúe el régimen de promoción para la industria electrónica en la provincia, que vence en el año 2023, “con mejoras”.
“La prórroga del subrégimen que se discute ahora, para mi – aseveró Rauch – no solo debe beneficiar a aquellos que han invertido especulando en Tierra del Fuego, sino también a quienes vivimos en la Isla, que nos hemos radicado, construido nuestras casas y nuestras vidas aquí. Ambos sectores deberían ser favorecidos”.
Melella advirtió en Télam que las mejoras del régimen de producción industrial buscan ampliar la matriz productiva del distrito austral, generar empleo calificado y valor agregado en la inserción plena en la economía del conocimiento.
En este sentido, el abogado alertó que “se propone una extensión con un cambio en las reglas de juego: Una reducción, de un porcentaje aun desconocido, de los beneficios que actualmente tiene el sector industrial, ya que la idea es producir menos computadores, televisores, celulares, bajando las extensiones en la venta de estos productos, y, en cambio, promover la industria del conocimiento, una buena idea que no reemplaza la realidad de que hoy, los empleos concretos se dan en la industria electrónica porque es lo que compra el mercado”.
Hoy, “la industria electrónica es la actividad más importante del subrégimen, es el principal empleador privado de la Provincia y su impacto económico no se agota en el valor que agrega ni el empleo que genera. sino que repercute en la microeconomía de la provincia por el consumo que se vuelca a la sociedad toda”, indicó sobre el tema el titular de Afarte, Federico Hellemeyer.
La industria electrónica fueguina ya había sido golpeada durante el gobierno de Mauricio Macri, cuando se abrieron las importaciones que dejaron fuera de juego al sector nacional al cual “se le da una mínima impulsión estatal, a comparación de otras áreas como tecnología”, aclaró el abogado Rauch.
Actualmente se apuesta a la industria del software embebido, que es el que se ejecuta dentro de los sistemas de los dispositivos electrónicos como teléfonos, televisores, o automóviles, y los hace funcionar. Se trata de un programa integrado en un sistema de hardware con el propósito de controlar maquinas o dispositivos y, generalmenteg está diseñado para el hardware particular en el que se ejecuta y además cumple una única función por lo que no puede ser utilizado en otras situaciones.
Por eso “la idea del Gobierno Nacional es reducir la sangría de divisas producida en Tierra del Fuego, compensando eso con la conversión del recurso humano y la experiencia técnica en fabricación para reconvertirnos hacia algo más concreto como la industria de software embebido”, dijo Rauch.
Cuando se exportan productos desde Tierra del Fuego es necesario el flete físico que tiene costo, riesgos y otros factores involucrados, pero, en la venta de software no hay que pagar transporte, por eso podría esta mutación bajar el gasto en divisas que la producción fueguina genera.
Sin embargo, toda esta “infraestructura digital”, se apoya puramente en la energía eléctrica, su fuente de poder y cuyo costo de generación es un problema para Tierra del Fuego, por lo que “hay que preguntarse si el resto de la sociedad fueguina no está subsidiando ese costo y ver cuánto pagan los empresarios por esa energía que emplearían”, advirtió el abogado.
Según la ministro de Educación, Analía Cubino, “es sumamente importante fortalecer el talento humano, que es el capital más significativo que tenemos”, pero para Rauch, “con programadores, no alcanza, se requiere estructura energética y de conectividad, inversión, estabilidad y seguridad jurídica, además de las condiciones fiscales adecuadas para que la producción dentro de Tierra del Fuego sea la de mayor competitividad”.
Melella rechazó esta visión crítica basada en el costo fiscal que implica el programa y -por el contrario- consideró que la iniciativa es una “apuesta al desarrollo y a una cuestión estratégica”.
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