El espacio subniveano es tan extraño como fascinante. Quiénes viven allí y por qué.
Escarabajos, colémbolos, arañas, moscas, ratones, ranas, comadrejas y hasta zorros. Todos ellos pueden vivir en el subnivium. Esto que suena como un universo paralelo de la saga de The Witcher está entre nosotros, los humanos, en las zonas más frías del hemisferio norte.
No todo el mundo sabe que hay un mundo lleno de vida entre el suelo y la nieve. El espacio subniveano es una pequeña área que se forma allí, en el medio de una capa de nieve y el suelo, creando un ecosistema con las condiciones térmicas adecuadas para que muchos individuos se protejan de las bajísimas temperaturas.
El espacio se encuentra aislado y puede permanecer estable a una temperatura de alrededor de 0 grados centígrados durante semanas, incluso si afuera hace 20 o 30 grados bajo cero.
¿Cómo se crea este espacio?
El subnivium se forma mediante tres tipos diferentes de metamorfosis de la nieve: la destructiva (cuando cae la nieve), la constructiva (cuando el vapor de agua “sube” hacia la superficie de la capa de nieve) y el derretimiento (la nieve a vapor de agua que se recongela en la capa superior, creando algo así como un techo).
Estos tres tipos de metamorfosis transforman los copos de nieve en cristales de hielo formando espacios bajo la nieve en donde los animales pueden moverse.
Para que el fenómeno pueda darse se debe formar una capa de nieve no demasiado densa (si es posible, ligera y esponjosa) de alrededor de 20 centímetros de espesor.
Un mundo misterioso
En el subnivium hay pequeñas cuevas y pasadizos de hielo delgado que sirven como refugio de plantas y animales, ya que dejan que no entre viento, permiten el paso de la luz (lo que deja lugar para la fotosíntesis) y mantienen estable la temperatura.
Animales como las comadrejas usan el subnivium, por ejemplo, para perseguir a sus presas y otros, como las ranas, para hibernar entre las hojas caídas capturadas en la nieve. Algunos, a diferencia de las comadrejas, lo utilizan para protegerse de los depredadores.
Los animales grandes también tienen lugar en este misterioso sitio. En el Ártico, por ejemplo, las focas anilladas cuentan con espacios cerrados bajo la nieve y encima de las aberturas en el hielo y las osas polares se refugian en el subnivium para dar a luz a sus crías.
Aunque pueda resultar obvio, las motos de nieves y los vehículos todo terreno pueden hacer colapsar estos espacios, aunque no así los esquís.