También le dio positivo el test de alcohol, que se hizo casi doce horas después del choque. El pedido de Justicia por las víctimas.
Esta es una semana clave para las familias de Clarisa Zylberman y Julieta Rovea. Ambas mujeres murieron en un choque, el viernes 7 de abril por la madrugada, en Floresta. La camioneta en la que circulaban fue embestida de una manera brutal por otro vehículo y las mujeres fallecieron producto del impacto. Pocas horas después se supo que el conductor que provocó la tragedia, Alejandro Castro, tenía alcohol y drogas en sangre, y conducía al triple de la velocidad permitida.
Este martes las familias, amigas y amigos de las víctimas se concentrarán en la esquina en donde ocurrió el incidente, en César Díaz y Chivilcoy. Así buscarán visibilizar su preocupación frente a la posibilidad de que la justicia le otorgue una excarcelación.
Alejandro Rovea, hermano de Julieta, le dijo a Clarín están conmocionados. Como le ocurre a todas las familias de víctimas de estos hechos viales fatales, no caen. Repasan una y otra vez las escenas del horror que tuvieron que atravesar sus seres queridos. Continúan en shock, pero al mismo tiempo necesitan hacer escuchar sus voces y reclamar por sus seres queridos. “Esperamos que la Justicia nos escuche y actúe como tal”, pidió.
Inicialmente Castro fue indagado por el delito de “homicidio culposo” -involuntario, causar la muerte a una persona por una acción negligente-, que prevé penas de entre 3 a 6 años. La defensa del imputado solicitó la excarcelación, pero le fue denegada.
Se supo que al momento de la colisión, la camioneta blanca Ford Kuga que conducía Castro circulaba al menos a 90 kilómetros por hora, el triple de la velocidad permitida en esa zona, en donde además hay una ciclovía, por lo que no pueden superarse los 30km/h.
Finalmente durante la mañana del sábado 8 de abril se conoció el video de una cámara privada, en donde se ve toda la mecánica del choque. La Ford Kuga, conducida por Castro, circulaba a toda velocidad por la calle Chivilcoy; cuando llega al cruce con la calle César Díaz embiste a la Renault Duster. El golpe es tan fuerte que ambos vehículos, tras dar un giro, terminan sobre la vereda.
Es así que la situación del único detenido cambió en las últimas horas. “Desde el viernes se encuentra imputado por el delito de doble homicidio simple con dolo eventual y lesiones leves también con dolo eventual. Se califica el hecho de manera más gravosa porque se acumulan las pruebas. Atento al aumento de la pena -que ahora pasaría de 8 a 25 años– existe el riesgo procesal de fuga si se le otorga la excarcelación. Es decir, la cantidad de años que podría recibir si fuera condenado, hace presumir que el imputado podría fugarse. Por este motivo las familias se encuentran movilizadas y visibilizando la situación”, explicó a Clarín Gabriel Becker, abogado de la familia de Clarisa Zylberman.
Fuentes de la investigación revelaron que Castro tiene en su haber causas recientes en las que también se detectó alcohol en sangre: habría participado de picadas y habría recibido también denuncias por amenazas y lesiones.
El conductor se encuentra internado. Becker entiende que se demoró demasiado tiempo en el dosaje de alcohol en sangre; aún 12 horas después arrojó 0,27. “Se priorizó la atención médica del imputado, pero entendemos que el dosaje pudo haber sido hasta 6 veces mayor”, evaluó el abogado de la querella.
Además de las mujeres fallecidas, resultaron heridas otras tres personas: el conductor de la Duster, Javier Rafael Zylberman, hermano de una de las mujeres fallecidas; su esposa, Romina Ursic, que viajaba como acompañante; y Lara, la hija del matrimonio, que iba en el asiento trasero, entre ambas víctimas.
Recientemente, Becker intervino en la defensa de la familia de Isaac Sus, el nene de 4 años que fue embestido por Ricardo Emanuel Papadopulos. Fue un caso muy resonante: el 17 de diciembre de 2020, Papadopulos conducía sin licencia un Volkswagen Golf GTI blanco cuando atropelló y mató al nene, que cruzaba junto a su mamá por la esquina de avenida Directorio y San Pedrito, en Flores. Papadopulos estuvo prófugo 8 días.